A las consultas de reproducción acuden parejas con muy diversos problemas, entre los cuales uno de los más frustrantes para ellas es la pérdida recurrente del embarazo. Aunque la frecuencia de aborto en la población general es del 15%, se ha visto que la probabilidad de sufrir un siguiente aborto aumenta a medida que se producen los anteriores.

En estas situaciones, las parejas se hacen innumerables preguntas, ante las que buscan respuestas, y sobre todo, soluciones.

¿Qué son los abortos de repetición?

Cuando hablamos de abortos de repetición (AR) nos referimos a la pérdida de tres o más gestaciones consecutivas antes de la semana 20 de gestación. Se estima que afecta a entre el 2 y el 5% de las parejas en edad fértil, y se aconseja el inicio del estudio diagnóstico ya a partir del segundo aborto, teniendo en cuenta los antecedentes personales y familiares de la pareja.

¿Cuáles son las causas asociadas con los abortos de repetición?

A día de hoy, solo dos causas han demostrado relación con esta situación, alteraciones cromosómicas y el síndrome antifosfolipídico.

  • Alteraciones cromosómicas

Las causas genéticas representan alrededor del 50% de los ARs, siendo las alteraciones cromosómicas las que se han relacionado directamente. Ante uno de estos casos se consideran alternativas válidas la espera de una nueva gestación espontánea con posibilidad de diagnóstico prenatal, realizar estudios cromosómicos en los espermatozoides, efectuar diagnóstico genético preimplantacional o recurrir al cambio de gametos.

  • Síndrome antifosfolipídico

El síndrome antifosfolipídico es un estado que hace que se incremente el riesgo de trombosis en las conexiones formadas entre el feto y la madre, así como un desequilibrio en la invasión natural que debe seguir el feto.

Sin embargo, en torno al 50% de los casos de ARs estudiados se quedan sin diagnóstico etiológico por no poner de manifiesto ninguna causa.

¿Existe una relación entre las alteraciones anatómicas uterinas y los abortos de repetición?

Aunque no está del todo demostrado, sí se considera muy probable que determinadas alteraciones anatómicas uterinas estén relacionadas con los abortos de repetición, pudiendo aumentar las probabilidades de un embarazo a término tras una cirugía.

Otros factores, como la diabetes, la disfunción tiroidea o trastornos hematológicos están siendo investigados por la sociedad científica aunque aún no se ha podido demostrar su relación con los ARs.

¿Qué pruebas diagnósticas se pueden hacer para intentar buscar una causa?

El procedimiento diagnóstico comienza con una anamnesis cuidadosa, seguida de una exploración física para descartar patología de base, y la realización de un cariotipo a ambos miembros de la pareja para descartar la causa genética. Cuando un seminograma rutinario lo indica, puede realizarse un estudio de anomalías cromosómicas en los espermatozoides (FISH, hibridación in situ fluorescente), así como un análisis específico de determinadas moléculas en relación a las trombofilias heredadas. Lo que sí es cierto, es que suele ser de mucha ayuda el análisis de los restos abortivos, aunque no siempre es posible.

Ante un caso de abortos de repetición se aconseja consultar a un especialista en reproducción asistida, quien guiará a la pareja sobre las mejores pautas a seguir según su caso.

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